noviembre 11, 2012

Crisis Griega

La eurozona alargará la agonía griega pero alabará el plan de ayuda bancaria


La eurozona se reúne mañana para analizar el programa español de saneamiento de la banca y con la presión de evitar que Grecia suspenda pagos la próxima semana, si bien ante la falta del informe completo de la troika no prevé autorizar aún las próximas ayudas, alargando así la agonía del país.
Los ministros de Finanzas de la zona del euro tampoco autorizarán todavía la primera inyección de ayuda europea en los cuatro bancos españoles nacionalizados, Bankia, Novagalicia, CatalunyaCaixa y Banco de Valencia, a la espera de que la Comisión Europea apruebe el próximo día 28 sus planes de reestructuración y recapitalización.
Sí constatarán que el programa de saneamiento "va por el buen camino", según fuentes diplomáticas de la eurozona.
El caso de Grecia es más complicado, dado que el segundo programa de rescate quedó prácticamente en suspenso desde mayo y el gobierno de coalición que resultó de las segundas elecciones en junio ha tenido que tomar las riendas del plan y negociar con la troika (la CE, el BCE y el FMI) unos ajustes por 13.500 millones de euros.
La tríada exigió inicialmente un ahorro de 18.500 millones de euros, pero finalmente ha aceptado una extensión de dos años para la aplicación de los ajustes, que el Eurogrupo aún tendrá que aprobar.
"No hay ninguna decisión sobre nada todavía, pero tengo razones para creer que la troika ha elaborado todos sus informes y análisis fiscales en base a una prolongación de dos años del objetivo del 4,5 % para el superávit primario -antes del pago de intereses-", es decir una extensión hasta 2016, indicaron las fuentes.
Dar más tiempo a Atenas exigirá más ayudas de la eurozona.
Los ministros no cuentan con tener el lunes sobre la mesa el informe completo de la troika sobre el cumplimiento previo de las medidas de reformas y de ajuste y sobre la sostenibilidad de la deuda, la base para tomar una decisión definitiva.
Sin embargo, el Eurogrupo no dejará "ni de forma accidental ni de forma premeditada" que Grecia suspenda pagos el próximo día 16 cuando tendrá que pagar al BCE 5.000 millones de euros en vencimientos, de acuerdo con las fuentes.
Se desconoce si el BCE intervendrá de nuevo como bombero en el último momento -como ya ocurrió en agosto pasado- y aceptará una refinanciación del pago.
Además, cualquier ayuda a Grecia tendrá que ser aprobada antes por algunos parlamentos nacionales, como el Bundestag alemán.
Las fuentes indicaron que la probabilidad es "altísima" de que en el Eurogrupo no haya ninguna decisión definitiva sobre Grecia y el próximo tramo de 31.500 millones de euros.
La CE sí espera que haya "decisiones políticas", pero los ministros quieren asegurarse primero de que, con los nuevos datos macroeconómicos y del cumplimiento de los deberes en mano la deuda helena pueda llegar a ser sostenible.
Con una deuda que alcanzará el 190 % en 2014, según la CE, es prácticamente imposible que Atenas logre reducir su deuda al 120,5 % para 2020, como se estableció en febrero.
Esa cifra fue el nivel máximo que el FMI se mostró dispuesto a aceptar en las últimas negociaciones.
Según el Financial Times, el FMI y la CE difieren en entre 5 y 10 puntos porcentuales en su actual análisis sobre el nivel de deuda que tendrá Grecia en 2020.
Lo que ya empiezan a asumir los socios de la eurozona es que, tras la quita sobre la deuda helena que asumieron los acreedores privados, ahora "hay una necesidad de que tomen medidas los 16" Estados del euro, señalaron las fuentes.
Una posible quita para el sector público está prácticamente descartada ante el rechazo de Alemania y otros países.
Actualmente se están estudiando varias posibilidades, desde una nueva reducción de los intereses que la eurozona cobra a Grecia por préstamos bilaterales, a una recompra de deuda por parte de Atenas.
También se contempla un alargamiento de los vencimientos y la que el BCE renuncie a los beneficios obtenidos sobre los bonos griegos que acumula por valor 55.000 millones de euros, estimados en hasta 15.000 millones, y los pase a los bancos centrales nacionales, para que luego los Gobiernos se los transfieran a Grecia.

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